Sobre el blog

La teoría economía está en una crisis de reputación, este hecho ha sido recurrente en la historia cuando se han atravesado por momentos de malestar económico. Por otro lado, los economistas están perdidos en un completo delirio, más pendientes y preocupados de sus mundos ficticios que del real, de ahí que planteen soluciones a los problemas mediante la implantación de algún modelo ideal en el mundo realmente existente, sin ser conscientes de que ninguno puede tener la solución en tanto que las ideas no solucionan los problemas.


Frente a ello está lo que llamo la máxima de Spinoza, que consiste en: "No ridiculizar ni lamentar ni detestar las acciones humanas, sino en entenderlas".

Los filósofos conciben los afectos, cuyos conflictos soportamos, como vicios en los que caen los hombres por su culpa. Por eso suelen reírse o quejarse de ellos, criticarlos o (quienes quieren aparecer más santos) detestarlos. Y así, creen hacer una obra divina y alcanzar la cumbre de la sabiduría, cuando han aprendido a alabar, de diversas formas, una naturaleza humana que no existe en parte alguna y a vituperar con sus dichos la que realmente existe. En efecto, conciben a los hombres no como son, sino como ellos quisieren que fueran. De ahí que, las más de las veces, hayan escrito una sátira, en vez de una ética y que no hayan ideado jamás una política que pueda llevarse a la práctica, sino otra, que o debería ser considerada como una quimera o sólo podría ser instaurada en el país de Utopía o en el siglo dorado de los poetas, es decir, allí donde no hacía falta alguna...



Así, pues, cuando me puse a estudiar la política, no me propuse exponer algo nuevo o inaudito, sino demostrar de forma segura e indubitable o deducir de la misma condición de la naturaleza humana sólo aquellas cosas que están perfectamente acordes con la práctica. Y, a fin de investigar todo lo relativo a esta ciencia con la misma libertad de espíritu con que solemos tratar los temas matemáticos, me he esmerado en no ridiculizar ni lamentar ni detestar las acciones humanas, sino en entenderlas. Y por eso he contemplado los afectos humanos, como son el amor, el odio, la ira, la envidia, la gloria, la misericordia y las demás afecciones del alma, no como vicios de la naturaleza humana, sino como propiedades que le pertenecen como el calor, el frío, la tempestad, el trueno y otras cosas por el estilo a la naturaleza del aire. Pues, aunque todas estas cosas son incómodas, también son necesarias y tienen causas bien determinadas, mediante las cuales intentamos comprender su naturaleza, y el alma goza con su conocimiento verdadero lo mismo que lo hace con el conocimiento de aquellas que son gratas a los sentidos.




Economía realmente existente.
"Realmente existente" es una coletilla usada asiduamente por la Escuela de Filosofía de Oviedo como metáfora de bajar a la realidad y salir de la caverna, es decir, para llegar a las ideas pero partiendo desde la realidad.

Cognoscere explicare est.
"Verum et factum reciprocantur seu convertuntur", lo verdadero y lo hecho coinciden recíprocamente. Si verdad es lo fabricado (Verum ipsum factum), podríamos asumir que lo conocido es lo explicado (Cognoscere explicare est). 


En esencia el motivo del blog, fabricar texto con las manos de modo que tras explicar uno entienda y conozca mejor. Por ejemplo, a pesar de que tuve una idea clara de qué escribir en esta entrada, el propio hacer me hizo ir modificando la idea durante el transcurso. En esencia, finis operantis y finis operis nunca convergen, de ahí que el texto acabe siendo distinto, puesto que es del propio hacer con las manos que nacen las ideas.





A pesar de que la finalidad es puramente egoísta (los textos más originales quedarán como borradores) y no pretendo cambiar nada ni llegar a nadie, tampoco desestimo lectores, por lo que cualquiera es bienvenido a comentar. Tampoco perderé el tiempo haciendo control de comentarios, por lo que no hay censura y lo peor que uno puede esperar es la ausencia de respuesta por mi parte.



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