Yo lo definiría así, en Europa hay fábricas pero no hay recursos, y en Rusia hay recursos pero no hay fábricas... allí donde haya recursos pero no haya fábricas, se montarán fábricas para explotar esos recursos... y allí donde haya fábricas pero no haya recursos, como sucede en Europa, se cerrarán.
Minuto 11: Economía de guerra - Cartas de Navegación.
Fue el vaticinio que realicé apenas unas semanas después de la invasión de Rusia a Ucrania en el programa Cartas de Navegación de Colectivo Burbuja. Algo más de 2 años después, sería difícil alegar que me equivocaba en algo. Rusia se ha coronado a finales de 2023 como la cuarta economía mundial, sólo por detrás de China, Estados Unidos e India, lo cual hace que de las 4 mayores economías 3 pertenezcan a los BRICS, grupo que además no ha hecho sino sumar candidatos en los últimos años.
Si la política de la austeridad para gestionar la crisis de 2008 ya había hecho mella en la economía europea, el desastre industrial ha terminado por precipitar aún más el declive. En Alemania, centro industrial de Europa, la industria que hace uso intensivo de energía ha colapsado con un cierre de fábricas que difícilmente volverá a recuperarse. El proyecto alemán que consistía en una industria de exportación que pudiese competir con China gracias al bajo coste energético ha sucumbido, y aunque todavía queden empresas competitivas, un menor peso de la industria en el país se hace ineludible.
No es que Alemania vaya hacia una situación de desindustrialización como la de EEUU, con ciudades como Detroit destartaladas y teniendo que recurrir a los casinos para salir de la quiebra, pero sí que habrá una caída de su importancia en el mundo que afectará también a la economía europea.
El orden liberal "basado en reglas" que había estado beneficiando a occidente sigue asentado para deleite de China, quien más lo está rentabilizando, mientras EEUU y Europa soportan su coste, coste que difícilmente podrán eludir [1]. El último mercado de relevancia mediática ha sido el mercado del coche eléctrico. EEUU y Europa se han lanzado a imponer aranceles, medida que llega tarde y a la desesperada, puesto que China ya cuenta con un mercado propio lo suficientemente grande como para poder producir en economía de escala sin necesidad de terceros países, y mucho menos de occidente con la ruta de la seda avanzando año a año.
La guerra de Ucrania ha acelerado aún más las ventas de bonos estadounidenses por parte de China así como las ganas de establecer un bloque económico para combatir la hegemonía del dólar (a través de los BRICS) [2]. No obstante, a día de hoy la realidad es que el 95% de las reservas de los bancos centrales se encuentran en divisas del norte global (angloesfera, eurozona, Suiza y Japón), por lo que el resto de países sigue transfiriendo riqueza al norte global prácticamente por el simple hecho de comerciar.
Desde el final de la pandemia prevalece un ambiente de pesimismo económico donde cualquier anécdota pasa a ser vista como el desencadenante de la próxima crisis global. En lo que respecta a la estabilidad económica mundial, los desequilibrios comerciales que se habían dado como consecuencia de la subida de precios han sido algo puntual, restableciéndose a los niveles anteriores de la pandemia. Si bien habrá países concretos con desequilibrios excesivos, lo cierto es que a nivel mundial los desequilibrios son sostenibles.
En España, una atmósfera de pesimismo y crispación por un sector de la población, ligado en general a los partidos de la oposición, existe en combinación a un positivismo injustificado por parte del Gobierno de coalición y sus acólitos. Con un sector privado con unos ingresos muy superiores a su gasto y una inversión que representa un tercio de los beneficios empresariales, el consumo e inversión están a unos niveles sostenibles (situación que es análoga en EEUU).
Respecto al sector exterior y al Estado, el saldo comercial con el exterior está en superávit y el Estado mantiene una financiación que, gracias a la política monetaria del Eurosistema durante la pandemia, se mantendrá a un coste cercano al interés del BCE, interés que además evolucionará a la baja dada la evolución de la inflación. Por tanto, el ambiente pesimista que advierte de que una crisis económica está por llegar es totalmente injustificado.
Si bien es verdad que los datos favorables de crecimiento, empleo y renta incentivan a una narrativa halagüeña de la economía española, la realidad es que puestos en contexto acaban produciendo una amalgama que explica la crispación y malestar de gran parte de la población, que percibe una realidad opuesta a los datos económicos del país.
Si España ha crecido más en 2023 que la media europea, no hay que olvidar que es debido al hecho de que ha tardado más que ningún otro país en recuperarse del COVID (algo que ya pronostiqué [5]), no terminando de recuperar el nivel prepandémico en 2022, a diferencia del resto de países. Esto ha favorecido el saldo comercial, pero a costa de un menor peso en la economía europea y mundial, pues si bien 2023 ha crecido más que la media, no lo ha hecho así durante los años 2019-2023, siendo su peso ahora menor que antes del COVID.
Algo que muchos quieren obviar es que, incrementar los ingresos porcentualmente no significa mucho cuando se parte de unos ingresos bajos, pues el acceso a bienes y servicios se incrementará muy poco, lo contrario que con las rentas altas. Si bien en términos relativos ha mejorado la situación, la realidad es que la mayor parte del incremento de la economía ha ido para las rentas más altas, absorbiendo éstas la mayor parte del incremento (en el decil salarial más grande se ha concentrado casi el 30% del incremento salarial nacional). Esto, junto a la inflación distribuida de forma desigual, explica la pauperización de la sociedad española junto con un crecimiento de la economía.
El incremento del coste de la vida a raíz de la inflación de productos básicos, el problema de la vivienda, con su correspondiente transferencia de renta de inquilinos a propietarios, la reducción progresiva del Estado de bienestar y la desindustrialización (a cambio, no lo olvidemos, de un aumento del sector turístico, inmobiliario y financiero), han hecho que la población trabajadora se haya empobrecido.
Incluso habiendo visto su salario crecer porcentualmente más y disminuyendo la desigualdad relativa, las condiciones de vida han empeorado. Especialmente para los trabajadores, quienes han tenido una caída en su calidad de vida desde 2019, siendo que un tercio de éstos no puede hacer frente a gastos imprevistos y que casi la mitad tienen dificultades para llegar a fin de mes.
Sin embargo, que la economía nacional pueda ir bien mientras las clases más bajas empeoran es un análisis a evitar por los liberales, pues conlleva tratar los temas de desigualdad, acumulación de riqueza y extracción de rentas, algo que el liberalismo prefiere eludir. Para el liberalismo, un ingreso de 2.000€ debe percibirse igual de adecuado con independencia del individuo y la forma con que éste lo haya generado, ya sea fruto de su trabajo o de sus rentas de propiedad, ya sea que tenga vivienda heredada o que dedique parte de su renta a un propietario o al pago de una hipoteca.
Entrar en un análisis que tenga en cuenta estos detalles implicaría aceptar que el problema se encuentra en unas estructuras y dinámicas sociales concretas, rechazando así el mantra liberal de que el crecimiento siempre dará lugar a una mejora de las clases bajas (por lo que la intromisión del Estado se hace necesaria y no basta con crecer económicamente al margen del reparto de riqueza). Evitando cualquier análisis de desigualdad y de qué ha pasado con las condiciones de vida de las rentas bajas, el liberalismo patrio ha elegido la vía más estulta, negar la realidad de los datos económicos de la economía española y crear alboroto con que una gran crisis está por llegar.
Los países, conforme se desarrollan, no tienen por qué compartir el enriquecimiento con las clases bajas, el ejemplo de España y EEUU, donde el 50% más pobre disfruta de una renta media igual en ambos países (gráfica de abajo, puntos en rojo) mientras que la renta promedio de EEUU es un 60% mayor que la de España, es un ejemplo de ello.
La evolución de España y Europa en general será, si sigue abrazando el liberalismo norteamericano, un enriquecimiento del país que, en lugar de ser compartido por la población, excluirá a las rentas más bajas, es decir, hacia la derecha, como se puede observar en la gráfica de arriba.
Recordemos el videojuego Bioshock y la evolución de EEUU en las últimas décadas. La ciudad que siguió el ideal anarcocapitalista, Rapture, terminó siendo un caos y fracasando debido a la libertad para hacer negocio con drogas, lo que acabó llevando a una población dependiente de las mismas en una ciudad abocada a la muerte y el desorden. Pese a las enormes diferencias con la ficción, la situación en EEUU guarda extraordinarias semejanzas, con una población marginal y empobrecida creciendo año a año donde el suicidio, los tiroteos y la crisis de los opiáceos (incentivada, no lo olvidemos, por las farmacéuticas) lideran las causas de muerte no natural. El país está en una profunda crisis de la que difícilmente pueda recuperarse algún día, precisamente debido a su ambición liberal, y un futuro semejante guardará a Europa de continuar siguiendo sus pasos.
"Soy Andrew Ryan, y tengo una pregunta que hacerte: ¿acaso un hombre no tiene derecho al sudor de su propia frente? No, dice el hombre de Washington. Pertenece a los pobres. No, dice el hombre del Vaticano. Pertenece a Dios. No, dice el hombre de Moscú. Pertenece a todos. Yo rechacé esas respuestas. En vez de eso, elegí algo distinto. Elegí lo imposible. Elegí... Rapture. Una ciudad donde el artista no tenía que temer al censor. Donde el científico no estaba limitado por la nimia moral. Donde los grandes no estaban constreñidos por los pequeños. Y con el sudor de tu frente, ¡Rapture también puede ser tu ciudad!"
Bioshock.
__________________________________________________________________________
[1] Imperio, economía y globalización:
https://autonomiaybienvivir.blogspot.com/2019/05/imperio-economia-y-globalizacion.html
[2] Imperio, economía y globalización: Fuck the EU:
[3] Has the US exorbitant privilege become a rich world privilege? Rates of return and foreign assets from a global perspective, 1970-2022. Gastón Nievas y Alice Sodano, 2024.
El exceso de ingreso o pago es calculado según la diferencia entre el rendimiento real y el rendimiento ficticio calculado suponiendo que activos y pasivos generan el mismo rendimiento. Por ejemplo, un país rico posee frente a un país en desarrollo activos de inversión que generan altos rendimientos y mantiene pasivos líquidos con bajo rendimiento, siendo lo contrario para el país en desarrollo, que recibe inversión externa y acumula reservas de divisas como medida de seguridad económica.
[4] La aporía de la desigualdad:
https://economiarealmenteexistente.blogspot.com/2021/03/la-aporia-de-la-desigualdad.html
Téngase como ejemplo dos rentas, de 1.000$ y 100$, si la segunda evoluciona a 200$ la desigualdad se habrá reducido en términos relativos a la mitad, de 10 a 5. Si la primera sube a 1.100$, sólo se habrá aumentado en razón de 10 a 11. Si ambas suben 100$, habrá habido un cambio de 10 a 5´5, una reducción de casi la mitad.
[5]
Casandra en el panorama occidental:
https://economiarealmenteexistente.blogspot.com/2023/03/casandra-sobre-occidente.html
Ignoramus et ignorabimus:
https://economiarealmenteexistente.blogspot.com/2020/12/ignoramus-et-ignorabimus.html
[6] De un total de 9 conceptos, la
No puede permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año
No puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días
No puede permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada
No tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos
Ha tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca o alquiler, recibos de gas, comunidad...) en los últimos 12 meses
Ha tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca o alquiler, recibos de gas, comunidad...) o en compras a plazos en los últimos 12 meses
No puede permitirse disponer de un automóvil
No puede permitirse disponer de un ordenador personal
No puede sustituir los muebles estropeados o viejos